A los pocos kilómetros de salir de la casa nos encontramos a dos cicloviajeros que venían de recorrer las mismas rutas que queríamos conocer, fue maravilloso y productivo, ya que la información que nos compartieron nos ha ayudado mucho hasta ahora.

EL 3 DE NOVIEMBRE DEL 2016 SALIMOS DE VILLAMARÍA RUMBO AL SUR DE AMÉRICA. EN UN PRINCIPIO NO FUE UNA DECISIÓN FÁCIL, PERO TODO NOS IMPULSABA A TOMAR LAS BICIS, NUESTRAS ALFORJAS Y PEDALEAR A LO DESCONOCIDO.

Nuestros primeros kilómetros fueron por el eje cafetero, pasamos por Pereira hacia Salento, al Alto de la Línea llegamos por trocha pues decidimos hacer la ruta por Toche y en cercanías del Volcán Machín, fue espectacular, poco transitado, lleno de palmas de cera, gente amable y de piscinas termales. El pequeño poblado que es Toche nos recibió con los brazos abiertos y con un plato de sancocho que al recordarlo, se nos hace agua a la boca.

Colombia en bicicletaEsta es la bicicleta de Sebastian en la vía Toche la Línea

Otra de las hermosas experiencias en esta ruta, fue la noche en que acampamos en el cráter del Volcán Machín, que para nosotros como geólogos era como cumplir una fantasía infantil. Aunque todos se imaginaran un paisaje agreste lleno de rocas incandescentes, el Machín es ahora una zona de conservación natural, allí donde hubo potreros hoy hay un plan de siembra de especies nativas, para quienes lo conocen todavía se conserva una cancha de fútbol (sí, en el cráter hay una cancha de fútbol) lugar perfecto para levantar nuestro campamento.

Cuando regresábamos tuvimos nuestro primer problema mecánico, una de las parrillas falló y nos vimos obligados a recorrer un trayecto hasta Ibagué en carro. Después de varios días en esta ciudad y de resolver los impases técnicos gracias a Carlos Carvajal, continuamos la travesía por el Tolima y Huila. Pasamos por municipios que fueron en su momento azotados por la violencia y para nuestra sorpresa las personas nos recibían con sonrisas en sus rostros, felices de que estuviéramos allí, lo que nos motivó e impulso aún más para continuar con esta aventura.

Hablando con Sebastián recordamos hace días a una pareja de campesinos cerca de Rovira, a los que les preguntamos por un lugar para acampar, nos abrieron las puertas de su casa y nos invitaron una deliciosa cena y también al desayuno, compartimos ese día una amena conversación sobre esos años difíciles y las huellas que quedaron…

San Luis, Guamo, Saldaña y Natagaima nos vieron pasar antes de llegar al departamento del Huila. Disfrutamos del Desierto de la Tatacoa, Aipe, Villavieja y Neiva, donde coincidimos con la transmisión de un partido de las eliminatorias de la selección Colombia, allí con una cálida familia, fueron muchas las cervezas que tomamos.

Cicloturismo en ColombiaLa bellas y solitarias carreteras del Tolima, esa soy yo !

Continuamos a la enigmática San Agustín donde sus antiguos monolitos hacen que tu cabeza vuele de curiosidad, visitamos El Estrecho que es un impresionante cañón sobre el Río Magdalena. Nos quedamos unos días descansando y conociendo algunos de los atractivos de esta zona, también planeando la salida de Colombia y los últimos pedalazos en nuestro país.

Pasamos por otros encantadores pueblos de esa región de Colombia: Campoalegre, Hobo, Paicol y La Plata. Nos desviamos por una trocha hacia La Argentina y Oporapa sin saber lo que nos esperaba, una de las rutas más difíciles que hemos pedaleado, la inclinación era tal que nos obligó a bajarnos de las bicis y empujarlas hasta la cima, ese día llegamos tarde a Oporapa bañados por la lluvia y con la sorpresa de que el pueblo estaba en fiestas, por lo que fue muy difícil encontrar un lugar para hospedarnos.

En nuestro próximo post les contaremos como fue eso y además las mejores anécdotas de nuestro paso por el Ecuador. Un saludo inmenso desde Bolivia, donde nos encontramos, felices…